" La vida, es eso que sucede mientras andas pendiente de tu smartphone "

Timoteo Bofarull

sábado, 16 de marzo de 2013

CONSEJOS PARA NO PERDER LA DIGNIDAD EN UNA TABERNA




Si, ya lo sé. Hace tiempo que no publico gran cosa. Pero es que con mi oficio, y tal como están las cosas en este país, últimamente hago mas horas extras que el pakistaní del "super" de la esquina, que ya es decir.

¿ Que de que hablo ?, pues bueno, de los líos de alguna ex-amante despechada de un hijo "muy honorable", de alguna política de la oposición ya entrada en años y adicta a la cirugía estética y a reunirse en restaurantes de menú dudoso y comedores privados con quien no debe. 

De otros que dicen ser espiados, y que tan solo tienen ganas de darse notoriedad. Porque aquí, en Cataluña, de un tiempo a esta parte,  si estas en política, y no te han espiado "los otros", no eres nadie.
 ¡¡ Jesús, que cruz !!.

En el fondo, nuestros "padres y madres de la patria" son una pandilla de ingenuos de mucho cuidado, bastante infantiloides, capaces de inventarse las historias mas disparatadas para tapar su incompetencia, y lo que es peor, sus sucios manejos económicos.  

Pero a la hora de aprovechar sus cargos en beneficio económico propio, no tienen un solo pelo de tontos.

Hoy no traigo ningún "chiringuito" interesante que reseñaros, pero si un sabio consejo a la hora de salir por ahí de copas, y sobre todo, a conservar la dignidad y a identificar una buena borrachera según su intensidad. hay que saber muy bien, en que momento hay que iniciar una retirada estratégica hacia la cama, y no seguir mas allá de esa delgada linea roja que marca el limite de cada uno de nosotros.

Hoy os voy a hablar de las diferentes etapas de lo que el "nene" calificaría como "intoxicación etílica", y que yo llamo simplemente una buena borrachera. Dependiendo de su intensidad y gravedad, yo las divido en siete fases :


Primera fase : " facilidad de palabra ".
Son los primeros síntomas. Con un cierta calidez invadiendo nuestro estomago, hasta el mas tímido adquiere una cierta locuacidad. No es excesivamente peligrosa, salvo en cenas y reuniones familiares, donde uno-a tiene la tendencia a embestir verbalmente contra los-las cuñados-as por agravios pasados, incluso de décadas atrás. Es un buen momento para reflexionar si no seria adecuado el despedirse y marcharse a casa. Con suerte, al día siguiente no tendremos resaca.

Segunda fase : " exaltación de la amistad ".
Es el siguiente estadio, una o dos copas más del anterior. Es en ese momento, en que si estamos acompañados por algún amigo o conocido, empezamos a agobiarle con frase del estilo de : "tu sí que me comprendes realmente", o bien " te lo juro por mi madre, eres el-la mejor amigo-a que he tenido nunca".
También existe la siguiente variante : vemos entrar en el bar o el local a alguien a quién tan solo conocemos de vista y de nombre, y sentimos el impulso irresistible de abrazarlo al grito de " ¡¡ Fulano-a, amigo-a mio, cuanto tiempo sin verte !!.  ¡¡ Anda, tómate lo que quieras !!.
Aquí, nuestra dignidad ya se ha resentido bastante a la vista de los demás. Es aconsejable pagar la cuenta y desaparecer por el foro, antes de seguir hundiéndonos más todavía en la miseria.


Tercera fase : " cantos regionales "

Si hemos llegado hasta aquí superando la etapa anterior, ya estamos entrando en un terreno  pantanoso. Tras otra ronda, arrancamos a cantar creyéndonos mejores cantantes que Placido Domingo.
La emprendemos con el "Maitechu mia", el "Asturias patria querida", el " Canto a Galicia "  de Julio Iglesias, o el " Sevilla " de Miguel Bosé. Ahora, nuestra dignidad ya está como para enviarla al taller de plancha y pintura, para que le den un buen repaso.
Cuidado, porque algún vecino ya está llamando a la policía o la guardia urbana harto ya de nuestros berridos desafinados. 

La resaca del día siguiente, ¡¡ será devastadora !!. Vamos a necesitar media docena de aspirinas

Cuarta fase : " insultos al clero y al gobierno "

En esta fase y este estado, nos creemos en posesión de la verdad absoluta, y entre hipidos y ruidosos eructos, le soltamos a nuestra audiencia nuestro " plan infalible" para arreglar este país, diciendo aquello de : "si me dejasen el gobierno, ¡¡ esto lo arreglo yo en diez días !!. ¡¡ Porque la culpa de todo la tienen los jodidos curas y los cabrones de los políticos !! ". 
Una vez aquí, ya hemos perdido toda nuestra credibilidad, ¡¡ para siempre !!.

Quinta fase : " tuteo a la autoridad ".

Como a estas alturas el escándalo y el estruendo son ya poco menos que insoportables, alguien ha avisado a los agentes de la autoridad. Tartamudeamos diciendo aquello de " lechuguino con uniforme, niñato , ¡¡ tu no sabes muy bien con quién coño estas hablando !! ".
En esta fase, acabamos dando con nuestros huesos en el calabozo de la comisaria más cercana. Y emergemos de la embriaguez con una resaca tremenda, sin café ni aspirinas, y rodeado de compañías poco recomendables que ocupan también el mismo calabozo.  Saldremos por la puerta de la comisaria al cabo de unas horas, en un estado lamentable, y con antecedentes policiales por escándalo y alteración del orden público. Y antes de que regreses a casa, todo el barrio estará ya al corriente de tu "ultima hazaña" nocturna. 
Deprimente, muy deprimente.

Sexta fase : " Delirium tremens "

Llegados hasta aquí, tu integridad física corre un serio riesgo. Mantenerse en pié con equilibrio  es casi imposible. Y es entonces cuando nuestro subconsciente, con el cerebro embotado de toxinas, nos juega malas pasadas. Nuestros terrores mas íntimos cobran forma solida ante nuestros ojos, hay quién puede ver arañas gigantescas, al sangriento sabueso de los Baskerville, el alien de Ridley Scott o cualquier otro terror imaginable.

Si eres de la directiva del PP, posiblemente se te aparecerá la sombra de  Luís Bárcenas a la vuelta de la esquina, gritándote : " Sobrecogedor, lo voy a explicar todo, ¡¡ TODO !! ".
Llegados a este punto, lo mas sensato es avisar a una ambulancia, o buscar ayuda médica.


Septima fase : " Ingreso en urgencias "

Llegamos al final de trayecto. Tu ritmo cardíaco se va ralentizando, y los médicos del servicio de urgencias luchan para encontrarte una vena donde inyectar la adrenalina que mantendrá tu corazón latiendo.

Mientras tanto, en la sala de espera, tu padre jura en arameo antiguo, a pesar de que nunca ha escuchado esa lengua ni la ha aprendido. Tu madre llora desconsoladamente y se sorbe la lagrimas ruidosamente, y tu cónyuge  aprovecha la espera buscando en Internet,  a través del móvil, el teléfono de un despacho de abogados especializados en derecho matrimonial que le hagan un buen precio para la demanda de divorcio que va a presentar mañana mismo.

Es tú fin. 

Epilogo

Bien, acabo la breve guía de como demonios no perder la dignidad en público por culpa del alcohol. 
Recordad mis consejos, y procurad beber con moderación y sabiduría. 

Moraleja : mas vale beber un chupito de güisqui "reserva doce años", que doce chupitos de güisqui de garrafa.